Kurdistán
S/30.00
Algunas escrituras son absolutamente singulares. O, dicho de otro modo, poseen una densidad característica que las vuelve inconfundibles (una marca de agua o de diésel las recorren). Es el caso de la escritura de Juan José Rodinás. En su tejido se conjugan la asombrosa capacidad para edificar imágenes inéditas y atmósferas peculiares, con un trabajo rítmico afinadísimo. La belleza y lo insólito surgen en construcciones que parecen metafóricas, pero no lo son. Lo que encontramos no quiere decir “esto representa otra cosa”, sino “esto es así de extraño, es lo que hay”. Pisamos otro mundo. Ese choque siempre nos deja aturdidos.
—Luis Eduardo García (Guadalajara – México).